En ocasiones, en cualquier esquina, en algún espacio recóndito entre las líneas de un periódico de esos que todos los días nos cuentan lo mal que está el mundo, encontramos una joya, un pensamiento que nos reconforta, que nos anima a seguir adelante en la seguridad que esto de educar personas, de formar a seres humanos, merece la pena.
Nos ha pasado en una carta al director del Diario El País publicada recientemente. En ella, Juan Daniel Guerrero Blanco, un extremeño con mucho sentido común, afirma que cuando la educación solo busca lograr una mayor productividad, unas mayores ganancias materiales sin más, suele dejarnos vacíos y encontrarnos sin sentido.
Grupo Mt no puede estar más de acuerdo con esta persona en que la verdadera riqueza proviene de la formación capaz de desarrollar nuestras cualidades más humanas mediante el fomento de la cultura, mediante eso que Nuncio Ordine ha dado en llamar “la utilidad de lo inútil”
Un buen proceso formativo, que como sabes no ha de ser coyuntural sino continuado a lo largo de toda una vida, no tiene que hacernos necesariamente más ricos en sentido estrictamente económico, pero si nos hará “más libres, más sabios, más humanos”
Cada día, cuando las más de 1.500 personas que conforman nuestra gran familia en servicio de la sociedad a la que nos debemos comienza su tarea, tienen claro que lo esencial no es siempre un objetivo medible, sino el afán por ser mejores, no que el otro, sino mejores que nosotros mismos… si es posible.