Recordando lo que ha sido el trascurso de este año, el trabajo que desempeño
como monitora de transporte escolar me trae gran satisfacción y alegría. La
caracterización de mi trabajo sigue siendo igual de comprometida y exigente,
haciendo disfrutar a los niños en el trayecto hacia la escuela. Son los mismos
retos y desafíos pero con pequeñas diferencias: aparte de los niños de infantil
de los cuales me llevo su sonrisa e inocencia me ha tocado cuidar a niños de
mayor rango de edad.
Todo esto lo llevo a cabo con herramientas sobre la metodología ABJ (Aprendizaje Basado en Juegos); incidiendo en el juego, la diversión y la relación con sus compañeros de autobús y sobre todo haciendo participe al niño en cada momento. Comienzo cada mañana y tarde contando y comunicando el número de niños y adultos a la conductora del autobús escolar.
Cuando niños y niñas del Colegio Liceo Europa están listos para iniciar el viaje hacia la escuela, uno de los niños o niñas de infantil pasa la lista de asistencia. Ya en el trayecto, converso e interactúo con los niños. Para ello, sacamos temas que pueden ser muy variados: desde las actividades que realizaron el día anterior hasta las emociones y sentimientos que puedan surgir en ellos por las próximas festividades como pueden ser Las Fiestas del Pilar, Halloween, Navidades etc…Además, siempre intento darles un pequeño detalle o manualidad relacionadas con cada festividad.
De cara a las navidades, estamos eligiendo juguetes entre todos para así escribirles la carta a los Reyes Magos. Para evitar que los niños no se duerman en el viaje y poder seguir con buen humor el día leemos cuentos de Vaughan o Disney y cantamos muchas canciones. Hay una canción que marca la diferencia: de ellos aprendí. Los miércoles y viernes son días especiales.
Los mayores que suelen acompañar a los niños no están porque se van antes; por eso aprovechamos esa situación para desarrollar y hacer otras actividades más en clave de humor colocándome una nariz roja de payaso. Aprendemos y disfrutamos todos juntos desde el comienzo y final de cada día con una sonrisa. Experiencia de Noelia González