En la educación de los alumnos todo suma y cada momento en el colegio es bueno para inculcar valores y transmitir conocimientos más allá de los meramente académicos.
El espacio de comedor escolar está dentro de esos momentos, donde no se desarrolla un contenido meramente pedagógico pero se fomentan normas y conductas fundamentales para el desarrollo social de los alumnos.
Hábitos de vida saludable, respeto y aprendizaje. El comedor escolar se suele definir como una prestación complementaria de ayuda a la escolarización pero es mucho más que eso.
La educación alimentaria debería ser un aspecto a tratar de forma transversal, y qué mejor momento para hacerlo que en el de la comida. El servicio de comedor escolar, se basa en la atención y cuidado de los hábitos alimenticios para la adquisición de las competencias necesarias para desenvolverse no sólo dentro del comedor escolar sino también en cualquier ámbito. Así, constituye una excelente oportunidad para enseñar desde edades muy tempranas la importancia de la higiene, conseguir hábitos alimenticios y desarrollar la competencia lingüística en lengua inglesa.
Se convierte así en un entorno educativo que sirve para mejorar el comportamiento de los alumnos, aumentar la comunicación con los padres, adquirir hábitos de higiene y de alimentación. Por ello, además de garantizar y ayudar a la conciliación de la vida familiar, el comedor escolar debe desempeñar una función nutricional, social y educativa importante. Educadores formados y preparados. Puesto que es un servicio tan importante, los educadores deben tener una formación acorde.
El educador realiza una tarea educativa: no es un mero cuidador de niños. Para ello recibe una formación específica que optimiza su labor, de manera que la atención de comedores por parte de personal especializado produce, en poco tiempo, cambios evidentes.